Es normal que cualquier tinaco guarde bacterias, tierra, óxido e impurezas, he aquí la importancia de tener el tinaco cerrado ya que evitas aún más la contaminación del agua y la proliferación de virus y bacterias.
Recuerda que el sol y el agua son el ambiente perfecto para dar vida a larvas, mosquitos y más microorganismos que el ojo humano no puede ver con facilidad.
Por esta razón siempre revisa que tu tinaco esté completamente cerrado, en caso de que no cuentes con una tapa, puedes comprarla por separado o hacer una en casa.
Aun así, lo recomendable es dar una limpieza profunda al tinaco procurando que se vacíe en su totalidad.
Para el proceso de limpieza, utiliza una escoba tipo cepillo, cepillo de mano, un paño, recogedor de basura, guantes de hule, cubeta con agua limpia y solución de cloro.
Antes de iniciar, apaga el interruptor de la bomba de agua, esto para evitar que cualquier residuo circule hacia la red y obstruya la tubería.
Retira el flotador y la varilla, extrae el agua restante hasta dejar cinco o diez centímetros. Posteriormente, cepilla el interior poniendo especial cuidado en las uniones entre el tinaco y la válvula de salida del agua.
Una vez tallado, mete agua limpia y enjuaga perfectamente bien. A continuación, vuelve a secar y a enjuagar, es decir, se deben realizar dos enjuagados y dos tallados al tinaco.
Procura no raspar el tinaco porque puede adelgazarse y, a la larga, romperse. Talla y enjuaga parejo. Saca todo el sedimento, quita el tapón y sal del tinaco.