La espuma de poliisocianurato con revestimiento de aluminio en ambas caras, tiene un sistema de aislamiento continuo, de alto rendimiento térmico y gran durabilidad que presenta además un inmejorable comportamiento de reacción al fuego.
El acabado con recubrimiento de aluminio por las dos caras garantiza la mayor resistencia térmica del mercado con el menor espesor de aislante. Sobre la envolvente térmica se le coloca un sistema de rastreles al que se fija la capa exterior de acabado que define la estética del edificio.
La presencia de una cámara de aire ventilada entre la capa interior y la piel exterior del edificio asegura la estabilidad térmica del edificio tanto en verano como en invierno.
El potencial de ahorro con este tipo de sistema, combinado con un buen aislamiento en la cubierta, permite ahorrar hasta un 60% de la energía que se pierde en edificios no aislados térmicamente.
La cámara de aire y el aislamiento característicos de una fachada ventilada aseguran notables beneficios en la fachada y por consiguiente al edificio y a sus ocupantes.
Su comportamiento dual adaptado a cada estación permite que en verano se consiga una menor absorción del calor y que en periodos de frío se produzca una menor dispersión del calor interior.