Cuando el calor es insoportable, un minisplit es la solución ya que además de ser silencioso, cuida la estética de nuestros espacios. En el mercado, es común encontrarnos con diferentes opciones en cuanto a diseño, rendimiento y ahorro.
Actualmente predominan dos tipos: tradicional e inverter. Previo a la decisión de compra, es conveniente analizar con detenimiento sus diferencias, ya que aunque a simple vista parecen iguales, no lo son.
El equipo tradicional trabaja siempre a velocidad máxima hasta llegar a la temperatura deseada y se detiene. El inconveniente, es que con los arranques, el consumo de energía aumenta.
Por su parte, el sistema inverter en lugar de encender y apagar, alenta su funcionamiento, por lo que al no arrancar constantemente representa un ahorro en el consumo de electricidad.
En cuanto al tiempo, el sistema inverter logra enfriar más rápido que un minisplit tradicional. Sin embargo, la diferencia en precios sí es notoria, ya que el minisplit inverter es más costoso que uno tradicional.
Otro factor clave es la humedad del ambiente, en el caso del sistema inverter éste ayuda a reducirla hasta un 50% eliminando virus y otros organismos alérgenos, lo que puede resultar benéfico para la salud.
Un minisplit tradicional aunque más económico, el gasto en energía eléctrica lo convierte en un gasto constante a largo plazo, por su parte el minisplit inverter a pesar de ser más costoso logra un ahorro de energía de hasta un 70%, convirtiéndolo en una excelente inversión a largo plazo.